DIMENSIONES



¿Qué es una dimensión?
La palabra dimensión del latín dīmensiō abstracto de dēmētiri ‘medir’, refiere a un número relacionado con las propiedades métricas o topológicas de un objeto matemático. En matemáticas existen varios usos, definiciones y utilidades del término. En geometría, física y ciencias aplicadas, la dimensión de un objeto se define informalmente como el número mínimo de coordenadas necesarias para especificar cualquier punto de ella. En la ciencia ficción la dimensión está relacionada con realidades alternativas.

La materia tiene dimensiones; es decir, ocupa un lugar en el espacio, propiedad que se llama Volumen. El volumen no es lo mismo que las dimensiones del universo. Volvemos a chocar con una palabra que puede dar confusión, las dimensiones del universo y la dimensiones que forman la materia o volumen.

A mayor dimensión universal, la materia desaparece. Los elementos que la componen son reabsorbidos.

Un ejemplo:  la materia oscura es una sustancia invisible que impregna todo el espacio cósmico. Es la nada y no tiene forma o volumen. 

Einstein y el tiempo como dimensión

En 1687 Isaac Newton describió la ley de gravitación universal y estableció las bases de la Mecánica Clásica. Fue el primero en explicar con rigurosidad científica la forma en la que se movían los planetas. De acuerdo a Newton, el tiempo era universal para todos los objetos sin importar los movimientos relativos entre ellos, por lo tanto no era una dimensión.

Fue Einstein quien superó esta visión. Su teoría general de la relatividad, publicada en 1915, trata al tiempo como una coordenada en un espacio-tiempo unificado.

Por lo tanto: si el tiempo es una coordenada, para describir un punto en el espacio-tiempo, necesitamos 4 valores, entonces a los valores espaciales (x, y, z) se le sumó la coordenada

¿Qué significa esto? Dadas las cuatro dimensiones básicas en las que concebimos nuestra realidad, percibimos cuatro grados de libertad, es decir, cuatro ejes sobre los cuales movernos. El eje X (al que podríamos simplificar llamándolo el eje derecha – izquierda), el eje Y (arriba – abajo), el eje Z (atrás – adelante) y el eje T (pasado – futuro).

La teoría de cuerdas se presenta como una completa, unificada, y consistente descripción de la estructura fundamental de nuestro universo.

Antes, la física consideraba a una partícula como a un punto que podía moverse en un espacio tridimensional (arriba, abajo, hacia los lados), pero una cuerda en forma de lazo, tiene otras posibilidades de movimiento como por ejemplo la oscilación.

La Teoría de Cuerdas enuncia la existencia de un espacio de 11 dimensiones. Compuesto por las 3 que todos conocemos: la altura, anchura y profundidad, la cuarta dimensión relacionada con el tiempo, y 6+1 dimensiones adicionales “compactadas” formando “membranas” de las cuales se podría escapar parte de la gravedad de ellas en forma de “gravitones”.



Las dimensiones según los físicos: puede haber hasta diez dimensiones del espacio y una del tiempo. La mayoría de estas son imposibles de percibir para los seres humanos. Se basan en la teoría de cuerdas, que busca unificar la de la Relatividad general y la de la Mecánica cuántica. La de la Relatividad apunta al funcionamiento del universo en su amplio espectro; la de la Mecánica cuántica, en lo más pequeño.

Somos seres tridimensionales por lo que estamos limitados por estas 3 dimensiones y no podemos percibir, ver ni interactuar con las otras dimensiones sino tenemos una mente abierta y sensibilidad unida a la creencia de nuestras propias sensaciones

La primera dimensión: longitud: La primera dimensión, pues, es una línea con profundidad pero sin anchura ni altura. Las cuerdas que, de acuerdo a la Teoría de Cuerdas, conformarían la naturaleza elemental del Cosmos serían hilos unidimensionales.


La segunda dimensión: anchura

Cada vez que subimos una dimensión, tenemos que imaginar que “añadimos una línea más” a nuestro Universo. La segunda dimensión, pues, es un plano, una superficie bidimensional que no tiene altura. Es totalmente plano. 


La tercera dimensión: altura

Nuestro espacio es de tres dimensiones. Y esta vez, de nuevo, debemos añadir una nueva línea en el espacio. A la longitud y a la anchura sumamos una tercera dimensión que es la altura.


Por lo tanto, un cuerpo tridimensional tiene longitud, anchura y altura. Como tú, tu casa, la Tierra o cualquier cuerpo del Universo observable. En el Cosmos con el que nosotros interactuamos, los objetos son de tres dimensiones y nos movemos en un espacio también tridimensional. 

 La cuarta dimensión: tiempo

La última dimensión que nuestro cerebro es capaz de comprender. El tiempo es la cuarta dimensión. Año 1915. Albert Einstein publica la famosa Teoría de la Relatividad General. Y en ella, una de las cosas que propuso fue que el tiempo no es algo absoluto, sino relativo. Cada cuerpo del Universo (en realidad, cada partícula de cada cuerpo) se mueve por el tiempo a una velocidad distinta dependiendo de su velocidad relativa respecto a otros objetos y de la intensidad del campo gravitatorio al que está expuesto. El tiempo es relativo. Es modificable. Y “modificable” implica que hay libertad a la hora de fluir por él. . Einstein estaba afirmando que el espacio y el tiempo (que hasta entonces se consideraba algo absoluto) formaban un único tejido llamado espacio-tiempo.

Seguimos sin tener ni idea de qué es exactamente el tiempo, más allá de que es algo que siempre nos impulsa hacia el futuro. Lo que sí sabemos es que es una dimensión más, por lo que a las tres dimensiones espaciales de antes debemos añadir una nueva “línea” que es el tiempo.


En este sentido, el tiempo es una dimensión temporal que conformaría un espacio-tiempo de cuatro dimensiones en el que, en caso de ser seres tetradimensionales, podríamos ver todas las infinitas variaciones tridimensionales que un objeto sigue a lo largo de todo el tiempo del Universo.

La cuarta dimensión, pues, es aquella que nos da libertad para movernos por el tiempo. Esta cuarta dimensión es una colección de sucesos que ocurren (que han ocurrido y que ocurrirán) en las tres dimensiones espaciales. Si ya te está explotando la cabeza, relájate un rato y vuelve, porque ahora sí que vienen curvas.

La quinta dimensión: tiempo bidimensional

Al añadir una dimensión más a la cuarta (el tiempo), lo que pasa es que dejamos de tener un tiempo unidimensional a tener un tiempo bidimensional. El tiempo deja de ser una línea que une dos sucesos temporales (con todos los infinitos sucesos que hay en medio) y pasa a ser un plano con un grado mayor de libertad.

Si fuéramos seres pentadimensionales, no solo nos podríamos mover por el tiempo, sino que tendríamos la capacidad de elegir nuestro futuro. Tendríamos acceso a cualquier suceso tridimensional dentro del plano temporal (dos dimensiones del tiempo) por el que nos desplazamos.

Los seres tetradimensionales (cuatro dimensiones) podían elegir en qué punto del tiempo de su marcada vida desplazarse (no tiene libertad de modificar su futuro). Uno pentadimensional (cinco dimensiones), no tiene nada marcado, sino que todas las posibilidades temporales y físicas se abren ante él. La quinta dimensión permite moverse por el pasado, el presente y el futuro (realmente ya no tiene sentido hablar de estos tres conceptos porque todo se mezcla) y por todas las posibilidades dentro de ese universo temporalmente bidimensional y físicamente tridimensional.

 

La sexta dimensión: tiempo tridimensional

El mismo procedimiento. Añadimos una línea más a la quinta dimensión y tenemos algo así como un tiempo tridimensional. Hemos añadido un grado de libertad más, así que ahora ya no solo nos podríamos mover a nuestras anchas por un plano temporal, sino que podríamos estar viviendo dos futuros (o dos pasados o dos presentes) diferentes al mismo tiempo. Una persona hexadimensional, estaría en la guardería y casándose al mismo tiempo.

 

La séptima dimensión: unir Universos hexadimensionales

Ahora debemos convertir la sexta dimensión y sus tres dimensiones espaciales y tres dimensiones temporales en un punto. Tenemos que compactar la sexta dimensión en un punto. La séptima dimensión: una línea entre dos puntos con infinitos puntos entre ellos en la que cada uno de estos puntos es un Universo diferente, con todas sus posibles combinaciones temporales y físicas. La realidad heptadimensional es una sucesión de todos los posibles Universos

 

La octava dimensión: un plano de Universos heptadimensionales

A la séptima dimensión (que realmente era una línea, el problema es que cada punto de esta línea era un Universo hexadimensional) le sumaremos un grado de libertad más. En este sentido, pasaremos de tener una línea unidimensional (que encierra una realidad de siete dimensiones) a, como sucedía cuando pasábamos de la primera a la segunda dimensión, a tener un plano espacio-temporal. La octava dimensión, pues, es un plano con todas las posibles combinaciones de Universos de siete dimensiones por el que unos hipotéticos seres octadimensionales podrían moverse a sus anchas.

La novena dimensión: un espacio 3-D en una realidad octadimensional

Si a un plano le sumamos una línea más, ¿qué tenemos? Exacto. Un espacio de tres dimensiones. Por lo tanto, a la realidad octadimensional estamos añadiendo un componente tridimensional. Un ser nonadimensional (nueve dimensiones) podría estar viviendo simultáneamente todas las posibilidades dentro de los Universos de ocho dimensiones

La décima dimensión: la Teoría de Cuerdas

La décima dimensión es una realidad espacio-temporal necesaria para que los cálculos matemáticos de la Teoría de Cuerdas no se vengan abajo y consistiría en tomar la novena dimensión y compactarla en un punto. En este punto están comprimidos todos los Universos nonadimensionales (con todas sus posibles combinaciones) en una realidad decadimensional que consiste en un punto espacio-temporal.

La Teoría de Cuerdas nos dice que la naturaleza más elemental de nuestra realidad tridimensional serían cuerdas (hilos) unidimensionales que vibran en esta décima dimensión. La existencia de estas entidades indivisibles permite explicar la naturaleza fundamental de todas las fuerzas del Universo y comprender, por primera vez, la existencia cuántica de la gravedad. Y es que estas cuerdas que se desplazan por un Universo de diez dimensiones explicaría cómo se transmite la atracción gravitatoria en el Cosmos.

La undécima dimensión: la Teoría M 

La existencia de una undécima dimensión hace que las cuerdas unidimensionales puedan plegarse formando unas hipersuperficies de entre 0 y 9 dimensiones conocidas como branas que sirven como punto de anclaje para las cuerdas de una dimensión. Lo que son cuerdas en la dimensión 10, pasan a ser membranas en la dimensión 11. En este hiperespacio, podría haber tantos Universos como combinaciones de branas sea posible. Y se estima que hay 10 elevado a 500 posibilidades. 



PUERTAS DIMENSIONALES
¿Es posible que coexistan con nosotros seres en otras dimensiones totalmente diferentes a las nuestras? Los mundos paralelos han sido, y siguen siendo, un enigma aún no esclarecido. Han dado lugar a infinidad de conjeturas dentro de las que han vertido sus diversas opiniones científicos, escritores, poetas y filósofos. Tanto las desapariciones instantáneas de personas dentro de sus propios hábitos como las apariciones inesperadas y a veces espantosas de seres que surgen del pasado o del futuro nos dan pautas de que vivimos en coexistencia con universos paralelos. Hay varios acontecimientos por demás extraños que nos señalan en ciertas oportunidades los «accesos» a otras dimensiones.
Los Portales son cilindros de luz que se activan en un determinado momento. Permiten el ingreso de nuevas informaciones a la Tierra. Estas informaciones llegan en forma de códigos de luz provenientes del Sol Central de la Galaxia. Podemos utilizar las olas entrantes de energía de mayor vibración para manifestar la Realidad de la Nueva Tierra de la Quinta Dimensión de Luz. Todos estos lugares sostienen vibración muy alta, activan y despiertan a aquellos que viajan, ya sea físicamente o Astralmente (en meditación o en sueños por la noche). Los portales pueden abrirse en lugares concretos permanentemente y también hay muchos otros menores que se abren y se cierran de forma temporal.
Como estamos en una dimensión dual y existe la luz-oscuridad. Existen Portales que nos conectan con Planos y Dimensiones muy elevadas de Luz y Amor pero también existen puertas al bajo Astral y lugares hostiles e Inframundo. Para saber qué tipo de Puerta es (luz o no-luz), se tiene que “bajar al Corazón” y con la “Intuición” sabremos cuál es el Destino de la Puerta.
Es importante armonizar esa habilidad porque si no puede crear interferencias en la vida diaria. Abriendo portales dimensionales conectando mundos, planos y dejando abierto puertas para que cualquier tipo de Energía o Entidad pueda entrar y salir.
NADA es seguro, pero TODO es posible.



TODO ESTO DESDE LA FÍSICA, AHORA DESDE LA CONSCIENCIA

  • La Primera dimensión: Es la encargada de transformar la energía en materia. Por otro lado se puede decir, que la frecuencia básica de los átomos y las moléculas, por lo tanto, es la energía del microcosmos. Es la frecuencia vibratoria de activación del ADN. En este espacio, solo se entiende cómo comienza el ADN y se tiene un nivel de consciencia elemental. El agua, los minerales y las corrientes eléctricas y líquidas de nuestro cuerpo vibran en esta dimensión.

Se sabe por ley de correspondencia (“como es arriba es abajo”) que cada unidad fractal es el reflejo de un todo. Cada dimensión es un espejo de la dimensión superior. El microcosmos refleja el macrocosmos y viceversa.
En la primera dimensión se encuentran pequeñísimas e imperceptibles unidades substanciales energéticas llamadas mónadas, éstas son como átomos pero de carácter metafísico que contienen dentro la información codificada de todo el cosmos.
Vibran a una frecuencia muy sutil, y a través de éstas, la conciencia universal (Dios) crea los distintos mundos.
A nivel material, ésta dimensión es descrita como un campo cuántico que transforma la energía en materia; esta dimensión es la matriz de la existencia, por lo que está conectada con la séptima dimensión de forma cíclica.
La Primera Dimensión es la encargada de transformar la energía en materia. Es la frecuencia básica de los átomos y las moléculas, por lo tanto, es la energía del microcosmos. Es la frecuencia vibratoria de activación del ADN.
Maneja un nivel de conciencia elemental, puntual, sabe cómo dirigirse de un punto a otro.
Los minerales y el agua vibran en esta frecuencia. Los minerales son el aspecto cristalino de la misma, y el agua el aspecto líquido de la misma.
Se encuentra también en los fluidos y las corrientes eléctricas del cuerpo humano. Activa el código genético e impulsa energéticamente el sistema celular.
Si tomáramos, como metáfora, al ser humano para describir las dimensiones, podríamos decir que la primera dimensión la experimentamos en la etapa pre-fetal; donde somos un conjunto de potencialidades, con un programa de división celular y mantenimiento de funciones.
Todas las dimensiones funcionan a todas las escalas, y las de esta octava, son las mismas en todo el universo.

  • La segunda dimensión: La segunda dimensión, se agrupa al mundo elemental. Entendemos que la vida básica y puramente instintiva se forma en este estado. La mayoría de las plantas y animales habitan en ella.  Así como todo lo concerniente al curso de la naturaleza. Dentro de este campo vibracional de segunda dimensión se encuentran además las fuerzas energéticas que rigen los cinco elementos (tierra, agua, fuego, aire y éter), prácticamente éste es el mundo que rige el curso de la naturaleza y la evolución estableciendo las bases fundamentales de la tercera dimensión.

Esta frecuencia vibratoria, corresponde al mundo básico de la fuerza biológica que impulsa la vida, los seres unicelulares, las plantas, los insectos y algunos animales hacen parte de este estado de conciencia bilineal.
Nuestras células son un micro-reflejo de nosotros mismos, por lo que poseen su propia conciencia pero inconsciente de sí misma, sincronizada con el ritmo de la segunda dimensión, ellas funcionan en conjunto pero de modo predeterminado, ayudando a que se desarrolle la biología interna.
Del mismo modo, muchos animales actúan por “instinto” aunque posean lo que podríamos denominar una infraconsciencia, una mente que hasta ahora está empezando a madurar.
En esta dimensión la conciencia es grupal, es decir, que varios seres tienen la misma conciencia que los dirige, de modo automático, para que evolucionen como un conjunto. Las bandadas de aves que migran, por ejemplo, trabajan simultáneamente al unísono como si fueran todas ellas una sola mente. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con los enjambres de abejas, las colonias de hormigas e incluso las células y otras entidades microscópicas similares, trabajan como si fueran uno.
La Segunda Dimensión es la frecuencia donde existen la mayoría de los animales y las plantas. Es también física e impulsa la identidad biológica. Es la vibración que mantiene la unión entre las especies. Lo que se ha llamado el inconsciente colectivo de las especies. Es la forma en cómo se reconocen los animales de una misma especie, para cumplir con sus funciones reproductoras.
No posee diferenciación individual, ni auto-reconocimiento.
En este nivel de conciencia, no hay referencia temporal/espacial. La conciencia es lineal y bidimensional.
A nivel geométrico, se corresponde con las formas planas como el círculo, el cuadrado, etc.
Es la responsable de la variedad biológica y de todas las energías que se encargan de propiciarla; como las fuerzas elementales de la naturaleza.
Podemos tomar como ejemplo, las bandadas de pájaros, que actúan coordinadamente como un todo. También los bancos de peces. Ambos han sido objeto de estudio, y se ha comprobado que actúan como un cuerpo consciente, donde cada uno de los miembros, mantiene una distancia matemática entre ellos, y solamente rompen la formación cuando son atacados.
Dentro de este campo vibracional de segunda dimensión se encuentran además las fuerzas energéticas que rigen los cinco elementos (tierra, agua, fuego, aire y éter), prácticamente éste es el mundo que rige el curso de la naturaleza y la evolución estableciendo las bases fundamentales de la tercera dimensión.
Siguiendo la metáfora del ser humano, la segunda dimensión se podría comparar con la etapa fetal. Flotamos siendo uno con el entorno, en un estado de no ego, y sin referencia temporal/espacial.

  • La tercera dimensión La tercera dimensión es el mundo en el que habitamos los seres humanos, es la más fundamental debido a que casi todo el aprendizaje sobre la existencia lo adquirimos aquí a través de nuestras experiencias personales. Realmente, el camino evolutivo/espiritual comienza aquí, en este plano; cada alma es puesta a prueba en un largo camino que llamamos “vida”. Durante este trayecto, la conciencia desempeña un papel determinado en un juego virtual.

Cuando una conciencia ha desarrollado una percepción acerca de sí misma, entonces ocurre una individualización del ser, creando una personalidad o “ego”.
En ese momento el individuo pasa al tercer estado de conciencia que corresponde a la frecuencia vibratoria del mundo material.
La tercera dimensión es el mundo en el que habitamos los seres humanos, es la más fundamental debido a que casi todo el aprendizaje sobre la existencia lo adquirimos aquí a través de nuestras experiencias personales.
De hecho, el mundo físico podría considerarse el primer nivel existencial (en varias corrientes esotéricas se le denomina la primera dimensión), pues además de ser el más denso energéticamente por cantidad de vibración condensada en materia, es la morada del ser auto-consciente, aquél que posee una identidad y una percepción acerca del mundo que lo rodea.
Realmente, el camino evolutivo/espiritual comienza aquí, en este plano; cada alma es puesta a prueba en un largo camino que llamamos “vida”. Durante este trayecto, la conciencia desempeña un papel determinado en un juego virtual.
La tercera dimensión es un universo holográfico, tal como lo describe la teoría de los físicos Gerard ‘t Hofft y Leonard Suskind.
Los científicos David Bohm y Karl Pibran también postularon la idea de que nuestro universo funciona como un holograma basado en descubrimientos de la mecánica cuántica.
Dentro de esta realidad virtual, nos enfrentamos a una serie de retos, obstáculos para ayudar a despertar la conciencia y recordar quiénes somos y de dónde venimos.
Si bien la vida parece ser a veces demasiado dura y cruel, ten en cuenta que el sufrimiento es de cierto modo necesario para que el ser humano desarrolle su fuerza interior y valore lo realmente importante en la vida.
Las experiencias amargas que tenemos son parte de nuestro proceso evolutivo, todo va de acuerdo al plan del creador, así que, no todo es tan malo como parece. Después de todo, la tercera dimensión que tantos problemas nos acarrea, no es más que un espejismo, lo que debemos hacer es aprender a ver más allá de esa ilusión.
La Tercera Dimensión es la frecuencia donde existimos los seres humanos. También es física, y el tipo de conciencia es volumétrica y tridimensional.
A nivel geométrico, se perciben formas como la esfera, el cubo y los sólidos platónicos.
Hay una percepción lineal del tiempo y el espacio, con la capacidad de recordar el pasado, y proyectar el futuro, estando en el presente.
Se basa en la polaridad y la ilusión de separación, en el desarrollo de la identidad individual, y la pérdida del sentido grupal.
Ésta es la frecuencia donde nos hacemos conscientes de nosotros mismos, desarrollamos el ego y creemos que estamos separados del Todo. Es en esta dimensión donde nos percibimos más separados del Todo, que en ninguna otra, por lo tanto, es aquí donde al Ser Único se le presentan más retos de integración y crecimiento.
En el ser humano, comienza a partir del segundo año de vida, cuando el niño empieza a diferenciarse del entorno como individuo, a expresar sus deseos, a formar su ego.
Es una etapa de aprendizaje muy importante, donde comienza la fragmentación.
En tercera dimensión experimentamos un proceso de división del Ser. Es parte del trabajo de evolución, el recoger y juntar todas las partes.

  • La cuarta dimensión: La cuarta dimensión es un estado de conciencia en el que percibimos nuestra parte mental y emocional, además del mundo físico que nos rodea. Con esta definición, es evidente que casi todas las personas están en la cuarta dimensión, pues, en mayor o menor grado, casi todo el mundo percibe sus sentimientos y sus pensamientos.

Cuando una persona fallece, su conciencia se traslada a la cuarta dimensión, cruzando “una luz que se encuentra al final de un túnel”. Este umbral ha sido descrito por millones de personas que han sufrido encuentros cercanos con la muerte.

El “más allá”, como muchos lo conocen, corresponde a un mundo paralelo denominado “plano astral”.

Dicho plano se encuentra dividido en dos zonas principales:

– El “bajo astral”. Es donde habitan los seres de muy baja vibración: las entidades oscuras, los demonios, espíritus malignos, etc. También llamado inframundo o infierno por la cultura popular.

– El “alto astral”. Es donde habitan los seres de vibración elevada; como las almas despiertas, los elementales o espíritus de la naturaleza (duendes, hadas, gnomos, salamandras, ninfas, etc.), los guardianes guía (espíritus benevolentes que ayudan en la evolución espiritual), y en algunos casos hasta ángeles y extraterrestres.

Para la gente que es escéptica, todo esto le parecerá increíble, pero de hecho hay una forma de comprobar la existencia de todo lo anterior escrito.

El plano astral es de fácil acceso puesto que limita seguidamente con nuestra dimensión 3D. Para los que deseen conocerlo, solo deben estudiar una práctica llamada “desdoblamiento astral”.

Dentro de esta 4D también se halla el llamado “mundo onírico” o de los sueños.

La mayoría de las veces que sueñas (más de un 80%) estás en realidad visitando el plano astral. Cuando nuestro cuerpo se queda dormido, el alma realiza un desdoblamiento involuntario, saliéndose del cuerpo y viajando al plano astral (la cuarta dimensión), pues es una frecuencia vibratoria donde la conciencia navega libre de cadenas.

Aquí también se encuentra la memoria de la matrix – conocida como los “registros akáshicos – donde se guardan el pasado, presente y futuro del cosmos. Accediendo a esta memoria podemos navegar por la mente del holográfico y conocer los profundos misterios de las esferas metafísicas.

La Cuarta Dimensión es un pasaje a la quinta dimensión. Es la frecuencia en la que comenzamos a tener conciencia de que no sólo somos un cuerpo físico, y comenzamos a percibir más allá de los sentidos físicos. Los llamados “deja vú” y la sincronicidad, comienzan a hacerse repetitivos y generalizados. Nos damos cuenta de que a muchas personas les ocurre lo mismo. Empezamos a percibir muchos cambios, tanto dentro como fuera de nosotros. Existe una inclinación a “saber”, a tener conocimientos sobre lo espiritual, más que lo religioso, a buscar más información para saber diferenciarlos.

Se siente un llamado, de nuestro Ser Interior, a la necesidad de estar con nosotros mismos. El auto-análisis y el auto-descubrimiento están presentes en este pasaje de la cuarta dimensión.

También nos damos cuenta del cambio que se está produciendo fuera de nosotros; vemos que el clima cambia constantemente, ya no permanece en estaciones, como antes, las horas del día se hacen más cortas, el tiempo ya no nos alcanza para hacer las cosas que hacíamos antes.

En esta dimensión, percibimos el tiempo en décadas cíclicas o en forma de espiral.

Existe un campo cuántico donde se presentan simultáneamente todas las posibilidades y alternativas.

Es la frecuencia de la sincronicidad absoluta, la empatía y la telepatía. Es la última dimensión donde experimentamos con el cuerpo físico, compuesto de carbono 14, como vehículo de aprendizaje.

En esta frecuencia, percibimos la multidimensionalidad, y nos damos cuenta de nuestra responsabilidad, al hacernos conscientes que cada una de nuestras acciones, afecta al Todo.

A nivel humano, tenemos la necesidad de compartir con grupos, revisar nuestras relaciones, buscar sanación y crecimiento con terapias. También es la causa del desmoronamiento de estructuras físicas, económicas y políticas, establecidas desde hace mucho tiempo y que ya no se corresponden con esta nueva vibración. Y cada vez vamos a ver y experimentar más cambios en todos los niveles de aquello que no se corresponda con la nueva energía.

El cambio dimensional es a todas las escalas, no sólo lo estamos experimentando los seres humanos, sino también la Madre Tierra y a una escala mayor, toda la galaxia.

El cambio dimensional no sucede de un día para otro, sino por capas paulatinas de conciencia.

Aceptar la conciencia de la cuarta dimensión, es lo que se llama el salto cuántico, y es el paso más difícil del cambio dimensional, ya que éste implica un profundo cambio de creencias.


  • La quinta dimensión: Es en esta dimensión donde se experimenta la conciencia grupal que forma un solo Ser de mayores dimensiones. Es una frecuencia energética, no física. El tiempo es un continuo, solo existe el eterno ahora. Así, la quinta dimensión representa el despertar. Pasamos de ser mortales a almas infinitas gracias al nivel elevado de sabiduría colectiva que hemos desarrollado. En este estado, seremos capaces de elegir convertirnos en el orientador de otras almas de las dimensiones anteriores.

La Quinta Dimensión es el portal hacia la Conciencia Crística. La Conciencia Crística es aquella conciencia colectiva que se reconoce a sí misma como unidad.
Es la frecuencia de la sabiduría y es totalmente pura energía. Es donde se encuentran los Maestros Ascendidos y los espíritus guías.
En 5D experimentamos el fundirnos con el grupo de espíritus ascendidos, a cual pertenecemos vibracionalmente, y al Ser Superior o Multidimensional.
Es la dimensión donde recordamos quiénes somos, y despertamos nuestra sabiduría interna.
Es en esta dimensión donde se experimenta la conciencia grupal que forma un solo Ser de mayores dimensiones. Es una frecuencia energética, no física. El tiempo es un continuo, solo existe el eterno ahora.
Muchos de los seres que están en 5D, al contactarse con su sabiduría, escogen ser los guías espirituales de los que estamos en la dimensión física, como parte de su servicio en el proceso de evolución.
Muchos de los seres canalizadores, hoy en día, están en 5D.
Como es una dimensión de luz, percibimos holográficamente y en formas lumínicas de una gran intensidad.
Aquí el mundo ilusorio de la materia desaparece para concebir una frecuencia vibracional que es pura energía.
Dentro de este mundo, la conciencia individual se fusiona con los diferentes grupos de almas que poseen el mismo nivel vibratorio, formando un solo espíritu.
En la quinta dimensión, también se encuentran los seres de luz que guían a los hombres en su desarrollo espiritual (aquellos denominados ángeles).
Es un mundo donde se cultivan las verdaderas almas libres navegando en un océano infinito que está más allá del tiempo y el espacio. Por eso se le llama la eternidad.
La diferencia entre Quinta y Sexta Dimensión, así como entre Sexta y Séptima, no es tan evidente como la de Tercera y Cuarta. A partir de la Quinta, las dimensiones se encuentran solapadas, o fundidas, y sus fronteras son difusas. Esto es debido a que estamos hablando de energía, no de materia.

  • La sexta dimensión: La Sexta Dimensión es la que se llama Crística o Búdica, porque es aquí donde se llega al estado de remembranza total. Donde se toma responsabilidad por el Todo y se es el Todo. Es conocida, por los místicos, como la verdadera realidad, los budistas le llaman “nirvana”. También se le señala como la dimensión de la iluminación. Es como si se tratara de una gran biblioteca de almas de luz, que está ubicada a un paso de Dios.

La Sexta Dimensión es la que se llama Crística o Búdica, porque es aquí donde se llega al estado de remembranza total. Donde se toma responsabilidad por el Todo y se es el Todo.
Es conocida, por los místicos, como la verdadera realidad, los budistas le llaman “nirvana” y los cristianos “el cielo”.
Es un estado de conciencia compasiva, el estado de Iluminación.
Es el regreso a Casa, al Ser Único.
En 6D, el proceso de evolución del Ser y el Todo, se experimentan como Uno. Es el lugar de la conciencia ilimitada y unificada. Esta conciencia se manifiesta como individual y colectiva, simultáneamente.
La 6D es la creadora de las matrices morfogénicas que se manifiestan en otras dimensiones, como tercera, segunda y primera.
Estas matrices son las formas geométricas y las redes que llamamos Geometría Sagrada. Son los patrones geométricos de luz, creadores de vida y responsables de su materialización. Aquí es donde se materializan de inmediato los pensamientos. Aquí no existe maldad, por eso los pensamientos siempre son positivos. Se materializan solo energías positivas.
Aquí yace la conciencia iluminada y la matriz numerológica en forma de sabiduría, como si se tratara de una gran biblioteca, que está ubicada a un paso de Dios.

  • La séptima dimensión: Es una dimensión energética donde el cuerpo espiritual se sobrepone al cuerpo físico. Es la dimensión de conciencias de luz pura, en donde, la muerte, como la hemos experimentado a través de todas las desencarnaciones que hemos tenido, deja de existir, pues la función que cumplía, ya no será más. En esta dimensión no quedan partes dispersas y existe una nueva perspectiva de integración. En ella no existen formas. Solo colores y sonidos. Sin embargo, y aunque en este nivel solo se conoce el uno que se forma con otros, también somos capaces de concientizar los estados que transitamos.

La Séptima Dimensión es la frecuencia de la integración total. Ya no quedan partes dispersas. La conciencia se experimenta multidimensionalmente, es decir, se tiene conocimiento de las partes que alguna vez estuvieron desmembradas en el pasado, con una nueva perspectiva de integración.
Aquí se encuentran los Seres que están en la energía del Amor, y son puro amor.
Es una dimensión energética donde el cuerpo espiritual se sobrepone al cuerpo físico. Es la dimensión de conciencias de luz pura, en donde, la muerte, como la hemos experimentado a través de todas las desencarnaciones que hemos tenido, deja de existir, pues la función que cumplía, ya no será más.
La fuente divina de toda la existencia cósmica. Aunque algunos aseguran que tal vez existan 8, 9, 10, 11 y hasta 13 dimensiones, se sabe que en hay un punto de frecuencia vibracional donde la conciencia deja de percibir los diferentes mundos como separados, para integrarse con el “Uno” o lo que llaman los hinduistas el “Brahma” o “Atman”, el alma, la mente y el cuerpo del cosmos.
En el último estado de conciencia mora el Espíritu Supremo que creó el absoluto. Aquellas almas puras que han podido contemplar algunos destellos de esta inexplicable dimensión, afirman que se trata de la Morada de Dios.
“Las realidades de otras dimensiones y de otros niveles no estan fuera del alcanze del ser humano; al contrario están dentro de él, son parte de su vida, pues todo lo que existe es conciencia”

  • Octava y novena dimensión: el TODO Y LA NADA 

La octava dimensión es la dimensión del viajero universal.
Es aquí donde se hacen muchas elecciones, intercambios y se toman decisiones.
Por ejemplo, si ustedes por casualidad expresan su interés en retirarse de su cuerpo físico, un ser de la octava dimensión les ayudaría con esa decisión. Este ser puede mostrarles posibilidades que ustedes no hayan considerado, debido a la experiencia limitada ofrecida por las otras dimensiones. Se le puede mostrar un alineamiento mayor comprendido por su alma en otra parte, así que su actuación física parecerá tener un mayor propósito.
La octava dimensión está bien concurrida. Es un corredor de energía equilibrado, queriendo decir que una forma de energía puede ser intercambiada, equilibrada o neutralizada por otra, sin daño alguno.
La octava dimensión permite que aquello que es posible en otros mundos encuentre compatibilidad en la Tierra. En otras palabras, las esencias o elementos que pueden ser beneficiosos en otra parte pero tóxicos para la Tierra, pueden ser introducidos aquí con cuidado. Las energías de la octava dimensión apoyan y sustentas muchas energías diferentes, equilibrando e integrándolas con las frecuencias y vibraciones que son compatibles con la Tierra. No todas las energías quedan suficientemente estables como para ser introducidas al plano terrestre, y algunos intentos creativos tienen que ser pospuestos hasta otro momento o ser abandonados totalmente. Aquellos que resultaron ser compatibles y beneficiosos, son introducidos a intervalos específicos de tiempo y están alineadas con el crecimiento evolutivo del planeta. Muchas variedades físicas de plantas y animales han llegado a la tierra de esta forma; el proceso de integrar propiedades no físicas es casi el mismo. Cuando un miembro del reino humano por casualidad se topa con un nuevo descubrimiento, frecuentemente es porque una sabiduría mayor se ha ocupado antes de su perfección.

NOVENA DIMENSIÓN: EL EXAMEN FINAL

Esta dimensión invita a las compleciones (completar), logros y transformaciones de tipo permanente. Es la dimensión del examen final, pero cualquier tipo de barreras o límites son solamente auto-impuestas. Es la dimensión que invita al control y doble control de todo lo que eres o crees. Es la dimensión de la Voluntad. Es agradable y accesible a todos los que se presentan a si mismos, pero pocos lo hacen, salvo y hasta que hay un propósito para hacerlo.
La novena dimensión no implica amenaza y no presenta sorpresas, pero garantiza que revelará cualquier miedo percibido, ilusiones, paradojas o malestares que existen a nivel del alma. Por esta misma razón algunos la llaman la dimensión de la Iniciación. Consciente o inconscientemente ustedes interactúan con esta dimensión cada vez que encuentran una oportunidad que es un evento importante en su vida.
La novena dimensión los prepara para encontrarse con el propósito de su vida al alentarlos a superar sus desafíos. Es una dimensión que brinda mucha ayuda en el sentido de que los dirigirá hacia los obstáculos más grandes, para que los puedan ver, sin tener que enfrentarse con ellos.
La novena dimensión ofrece la oportunidad de descartar la necesidad de la encarnación física; es el portal hacia muchas realidades no físicas. En un esfuerzo de ser de la mayor asistencia para ustedes, la novena dimensión invitará que experiencias del pasado o del futuro se unan con ustedes. Si ustedes se alejaron de una experiencia sin completarla, van a recibir la oportunidad de hacerlo. Si ansían un evento o un futuro que no esté alineado con su propósito mayor, ustedes serán invitados a experimentar ese deseo holográficamente, en lugar de actuar una realidad que no les iba a servir.
En la novena dimensión ustedes pueden rendir su necesidad de identificarse con un cuerpo físico. Aquí al cuerpo se lo ve como un vehículo para la percepción del alma. Cuando la personalidad se alinea primero con el alma y luego con el cuerpo, se activan las líneas axiatonales de perfección. Las líneas axiatonales son similares a las líneas ley de la tierra en cuanto a que no pueden ser dañadas en forma permanente, sino solamente alteradas. Ustedes pueden descubrir más de una forma de ver o comprender su propia perfección, pero la misma no les puede ser removida o quitada. Ustedes no pueden entregar su propia perfección porque les pertenece a ustedes y a Todo Lo Que Es, lo cual los mantiene en un estado de permanente devoción y profundo amor.



 "Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".

Los hijos y las Hijas del Amor.

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