LUNA
Preguntaron a la Luna: "¿Cuál es tu deseo más ferviente?", imaginando que diría: "¡Quiero ser el Sol!" Pero respondió: "¿Que el Sol se desvanezca, que quede velado para siempre entre las nubes!" (Breviario sufí) La Influencia de la Luna en la vida de la Tierra es tan evidente que ya en las más primitivas culturas se la adoraba para obtener sus beneficios o para aplacar su ira. Ha sido adorada con diferentes formas y nombres y muchas religiones, tanto antiguas como modernas le asignan una vital importancia. Se la relaciona con la intuición, con las premoniciones y con lo oculto, lo místico y lo mágico. El nombre de nuestro satélite deriva de una antigua raíz indoeuropea que significa "resplandecer". Luna, significa, pues, "la que resplandece". La Luna entró a formar parte de la mitología, que intervino en la evolución de la propia palabra. Adorada en Éfeso como diosa de la fecundidad, recibía el nombre de Diana o Lucina. El término Luna