El árbol de los deseos (leyenda hindú)

El árbol de los deseos (leyenda hindú)

A un hombre le contaron que existía un árbol con la milagrosa facultad de hacer realidad todos los deseos del que se guareciera bajo su sombra.

Este hombre, después de años de agotadora búsqueda, encontró ese árbol. Se sentó bajo su sombra y pensó en una suculenta cena. De inmediato aparecieron múltiples y maravillosos manjares.

Cuando se cansó de comer, imaginó bellas mujeres. Aparecieron entonces hermosas muchachas que desfilaron ante él. Satisfecho de placeres, optó por pedir riquezas.

Aparecieron cofres llenos de joyas y monedas de oro.

El hombre comenzó a temblar, temiendo que vinieran ladrones a robarle sus tesoros. Entonces, apareció una banda de malhechores que se llevaron todo cuanto había acumulado.

Pensó esto es cosa de fantasmas, ¡Aquí hay fantasmas!

De repente los fantasmas aparecieron. entonces se asustó y pensó:

"Ahora me matarán"

Y lo mataron.



Moraleja: la mente es un árbol dador de deseos; hay que tener cuidado con lo que se piensa y se desea, porque tarde o temprano se hará realidad.

En la vida es igual:


Si piensas en fantasmas, aparecerán.
Si piensas en enemigos, los tendrás.
Si piensas en amigos, aparecerán.
Si odias, el odio brotará.
Si amas, el amor surgirá a tu alrededor.


A muchas personas, como al hombre de la historia, le suceden cosas maravillosas que luego se desvanecen como por arte de magia simplemente porque piensan que no las merecen. Esta parábola nos invita a reflexionar sobre lo que esperamos de la vida y lo que creemos que podemos alcanzar.

Cuando creemos que no somos lo suficientemente valiosos como para alcanzar ciertas metas, en nuestro interior se activará un mecanismo dirigido a confirmar esa presunción, convirtiéndola en una certeza. Entonces comenzamos a sabotearnos, generalmente a nivel inconsciente.

Por tanto, si creemos que no nos merecemos algo, encontraremos la manera para impedirnos alcanzarlo. Ese mecanismo puede apreciarse en una relación de pareja, cuando encontramos a una persona tan fantástica que creemos que todo es demasiado bueno como para ser cierto y terminamos saboteando la relación, quizá con los celos o la desconfianza. También puede ocurrir en el plano laboral, cuando nos brindan una oportunidad tan buena que no damos crédito y el miedo a equivocarnos y la inseguridad terminan haciendo que perdamos esa ocasión. Así cerramos un círculo vicioso en el que terminamos diciendo: “era demasiado bueno para mí”.

Muchos prefieren quedarse en la zona de confort, lamentándose de su «mala suerte», sin darse cuenta que muchas veces ellos mismos contribuyen a que los acontecimientos tomen ese giro negativo.

Sentirse no merecedor genera una resistencia al cambio positivo. Así nos condenaremos a una vida mediocre en la que solo se cumplen las profecías negativas que hemos hecho sobre nuestro futuro.

«Ignoramos nuestra verdadera altura hasta que nos ponemos en pie», dijo la poeta Emily Dickinson. Lo curioso es que generalmente la educación que recibimos, la sociedad y las personas más cercanas son quienes prefieren que nos mantengamos sentados. Así es más cómodo para todos.

Por eso, el primer paso para conseguir lo que sueñas consiste en deshacerte de las «pensamientos» que te limitan.

Los árboles son un símbolo universal de esperanza, vida, y resistencia.


Podemos crear nuestro propio árbol de los deseos, con palabras hermosas, creadoras y positivas.

En la antigüedad – y en lugares no conectados por tierra, lengua, o cultura – nació el concepto de los árboles de los deseos. En Escocia durante el siglo 17, la práctica consistía en martillar monedas en los troncos de espinos después de pedir un deseo. En el antiguo Japón, el ritual era más suave: para el festival Tanabata, la gente ataba papeles coloridos con deseos escritos – o tanzaku – a las ramas de bambú. 

Se puede encontrar una tradición semejante en Turquía, mientras que en Hong Kong se ataban los deseos a naranjas que las tiraban en las copas de los árboles. En Norteamérica, las tribus nativas americanas como los Lakota y Seminole colgaban telas coloridas de rezas de un árbol durante la ceremonia de la Danza del Sol, con cada color representando un tema diferente. 

La práctica de manifestar deseos mediante el uso de árboles continúa hasta el día de hoy, a veces de manera tradicional, pero también de nuevas formas. 

En 1996, Yoko Ono, artista experimental y esposa del difunto músico John Lennon, creó un proyecto llamado el WISH TREE (árbol del deseo). Su inspiración para el proyecto fueron los árboles de los deseos que ella veía en los templos de Japón, donde creció. 

Como siempre, para el diseño de este árbol, la imaginación juega un papel fundamental, ya que podéis hacerlo como queráis, y del material que queráis, solo basta que tenga cierta forma de árbol, o al menos de ramas, para que se puedan colocar los deseos.

Se pude hacer juntando ramas secas, o de cartulina, de diferentes tamaños y colores...

Un ejemplo de Ramas secas:

1. Recoger unas cuantas ramas secas, si queréis que sean originales, no olvidéis aplicarle pintura.

2. En una maceta o florero colocar las ramas. Para fijarlas podéis utilizar yeso, o si en el caso de que sea transparente, combinar piedras o arena de colores de forma que no se tambaleen. Si utilizáis finos alambres para atar las ramas, tendréis una mayor estabilidad.

3. Tras esto, debéis preparar las tarjetas, haciéndoles un agujero y pasándoles un lazo para poder colgarlas. ¡Escribe un deseo y colgarlo en el árbol!

4. Puede ser un árbol de deseos individual, de familia, de un grupo de amigos, en un evento como un cumpleaños donde todos escriben un deseo, una celebración de navidad... Una boda.

De cartón:

1.- En primer lugar hay que dibujar a lápiz sobre el cartón pluma (que puede ser de cualquier color) la silueta del árbol y sus ramas.

2.- Una vez realizado el dibujo con el cutter vamos a ir “marcando” el dibujo.  Esto lo hacemos porque será más fácil después cortar el cartón siguiendo la silueta.

 3.- Cuando lo hayamos “marcado” ya podemos recortar el cartón con el cutter. 
No olvidéis cortar una pieza que sirva de pie para el árbol

4.- La decoración del árbol es libre. Es el momento más divertido y más creativo
también.

¡QUÉ SE CUMPLAN TODOS VUESTROS DESEOS!


 "Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".

Los hijos y las Hijas del Amor.

Gracias por Ser, por Estar, por Compartir, por Colaborar en el Amor y la Gratitud

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