LOS SOLIDOS PLATONICOS y sus PROPIEDADES (parte 5)


El poder del Tetraedro radica en su capacidad para canalizar la energía de los reinos superiores y la sabiduría del Cosmos hacia el plano terrestre.  Sea cual sea la forma en que se gire, cada lado del Tetraedro se sienta plano y está sólidamente conectado a la Tierra, proporcionando una base sólida mientras que el punto superior llega hacia arriba a los espacios de conciencia superior.  Estos elementos de la forma piramidal simbolizan el equilibrio entre la estabilidad y la expansión. El Plexo Solar es el asiento del poder personal y el trabajo con el Tetraedro trae un estado óptimo de armonía entre lo físico y lo espiritual.  Al aportar el elemento ardiente de la autoridad sobre los aspectos inferiores de uno mismo, el Tetraedro apoya y desarrolla el autodominio. El Tetraedro también expande la mente y su capacidad para intelectualizar y aceptar nuevos conceptos y puntos de vista más amplios.

El hexaedro refuerza nuestra conexión física con los campos eléctricos sutiles de la Tierra y con la naturaleza, permitiendo una sincronización óptima de los biorritmos del cuerpo.  Características del cubo. El cubo tiene un efecto calmante sobre las energías caóticas y reactivas, y restablece el equilibrio entre los sistemas nerviosos simpático y parasimpático. El hexaedro puede generar una sensación de seguridad en nuestras conexiones con los demás.  Al transmitir la conciencia de estabilidad, el hexaedro puede ayudar a reordenar y reorganizar las energías dispersas y dislocadas, agudizando la concentración mental y proporcionando una plataforma sólida para el enfoque creativo.

El Octaedro nos ayuda a ser más conscientes de nosotros mismos, ya que disuelve los velos del engaño y podemos reconocer y sentir nuestra Verdad y nuestra verdadera naturaleza.  El Corazón, nuestro centro de amor, compasión y perdón, genera un poderoso campo electromagnético 60 veces más poderoso que el cerebro. Es a través del Chakra del Corazón que accedemos a nuestro aspecto nutritivo y creamos un intento de curación.  La forma del Octaedro es autorreflexiva y este cristal nos mueve a la vibración más alta de reflexión, comprensión y sanación. El Octaedro inspira elecciones poderosas y que afirman la vida porque el aire es la fuerza del intelecto y la imaginación.

El Dodecaedro nos devuelve a nuestro verdadero y poderoso ser.  El éter es omnipresente y omnipotente, incluso está almacenado en nuestro ADN.  Es energía primaria que aún no se ha movido a la forma y la sustancia; es pura potencialidad.  Al transmitir la conciencia del Éter, el Dodecaedro nos ayuda a fusionar todos los aspectos de nuestra creatividad que existen multidimensionalmente.  El Dodecaedro nos ayuda a intelectualizar y a comprender nuestras experiencias en esta encarnación y a ser capaces de verlas en el contexto de los contratos sagrados.

El Icosaedro ayuda a desmantelar los viejos patrones de autosabotaje y autolimitación, permitiéndonos fluir sin esfuerzo a través de la libertad de expresión y la creatividad.  Trabajar con el Icosaedro facilita el flujo abundante cuando las cosas se sienten atascadas.



"Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".

Los hijos y las Hijas del Amor.

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SOLIDOS PLATONICOS (parte 1)


LOS SOLIDOS DE PLATÓN Y SUS DUALES (parte 2)


LOS SOLIDOS PLATONICOS Y LA GEOMETRIA SAGRADA (parte 3)


LOS SOLIDOS PLATONICOS Y LOS CHAKRAS (parte 4)


LOS SOLIDOS PLATONICOS y sus PROPIEDADES (parte 5)


Sólidos Platónicos y la Proporción Áurea


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