¿Qué es un despertar de la consciencia?

La espiritualidad es un proceso que se puede abordar desde distintas visiones. Algunos lo hacen desde la religión y otros desde una visión un poco más científica. Sin embargo, este santuario interno o el despertar espiritual es algo que todos deseamos alcanzar sin importar la perspectiva. 

Despertar es un proceso de transformación interior en el que empiezas a tomar conciencia de ti mismo. 

Despertar es abrir los ojos a la realidad que siempre ha estado ahí, pero nunca has podido ver por las distorsiones de tu mente. 

La mayor parte de lo que se nos dice sobre el despertar suena como un argumento para vendernos la iluminación. Cuando tratan de vendernos algo, sólo nos cuentan los aspectos positivos, e incluso es posible que nos cuenten cosas que no son verdad. En el intento de vendernos el despertar, se nos refiere que la iluminación tiene que ver con el amor y el éxtasis, la compasión y la unión, y otras experiencias positivas. Suele estar envuelto en historias fantásticas, de modo que llegamos a creer que el despertar tiene que ver con milagros y poderes místicos.

El camino del despertar no consiste en sentir emociones positivas. Al contrario, es posible que la iluminación no sea en absoluto fácil ni positiva. No resulta sencillo dejar que aplasten nuestras ilusiones. No es fácil soltar percepciones muy arraigadas. Incluso podríamos experimentar una gran resistencia a reconocer esas ilusiones que nos producen mucho dolor

Para despertar, tenemos que romper con el paradigma de tratar siempre de sentirnos mejor. Por supuesto que queremos sentirnos mejor; esto forma parte de la experiencia humana. Todo el mundo desea sentirse bien. Nuestro cableado interno, nuestro sistema nervioso, nos lleva a buscar más placer y menos dolor. Pero en nosotros hay un impulso todavía más profundo, la VERDAD DE QUIEN SOMOS EN REALIDAD.

Este impulso de despertar es el que nos da la valentía de examinar todas las maneras que tenemos de engañarnos a nosotros mismos, el que nos llama a responsabilizarnos de nuestra propia vida. ES DESAPARECER Y ROMPER PARA ENCONTRARNOS. Cuando se produce un verdadero y auténtico despertar, quién somos y qué somos queda claro. Ya no hay preguntas al respecto; está resuelto. Así, una de las señales del verdadero despertar es el final de la búsqueda. Ya no sientes el impulso, el tira y afloja.

Cuando cesa esa resistencia al cambio; la vida fluye maravillosamente y de manera muy hermosa, casi mágica. Las cosas aparecen cuando tienen que hacerlo. Se toman decisiones sin decidir realmente; en todo está presente una sensación de obviedad. Es la experiencia del Espíritu sin ningún impedimento

Pero el despertar en sí no es lo mismo que la disolución del ego. Podemos despertar tanto si el ego se ha disuelto como si no. De hecho, pueden despertar egos muy fuertes y destructivos. El despertar da comienzo al proceso. El resultado del despertar es su consecuencia, es un camino a es la disolución radical del ego. 

Esto no implica que el ego vaya a cooperar. El ego puede resistirse a esta disolución con todo lo que tiene. Puede sacar a relucir todo su arsenal. No obstante, el proceso ha empezado. Y, por último, una vez que has tenido un vislumbre de la realidad, no hay nada que puedas hacer para impedir que el ego acabe por disolverse. 



Y todo este proceso lleva una ruptura de mente que es el comienzo de esa disolución de la mente y del ego..

Cuando eres pequeño piensas que puedes hacerlo todo, saltar de cabeza desde el tobogán, escalar hasta la copa del árbol, lo que sea. Y de repente un día te llevas un golpazo y te abres la cabeza, o simplemente un adulto viene y te dice que “eso no se puede hacer, es peligroso, te vas a matar”. Lo típico que todos hemos oído de pequeños, y hemos dicho de mayores a los niños. La intención es buena, proteger del peligro o del dolor de un accidente o un problema.

Estos mensajes provocan un daño colateral, empiezan a construir los límites en nuestra mente. Estos límites van al subconsciente y por el resto de nuestras vidas aparecen una y otra vez

Hay una voz interior que te dirá que no es posible, probablemente haya muchas voces de fuera que también te digan que es imposible. Pero siempre puedes hacerte el sordo, trazar un plan, prepararte, entrenar, practicar, hacer lo que tengas que hacer para conseguir eso que todos creen que no se puede, pero tu corazón te dice que quizás si.

La voz de la mente tiene vida propia. La mayoría de las personas están a merced de esa voz, lo cual quiere decir que están poseídas por el pensamiento, por la mente. Y puesto que la mente está condicionada por el pasado, empuja a la persona a revivir el pasado una y otra vez. En Oriente utilizan la palabra karma para describir ese fenómeno.

Durante miles de años, la humanidad se ha dejado poseer cada vez más por la mente, sin poder reconocer que esa entidad poseedora no es nuestro Ser. Fue a través de la identificación completa con la mente que surgió un falso sentido del ser: el ego. La densidad del ego depende de nuestro grado (el de nuestra conciencia) de identificación con la mente y el pensamiento. El pensamiento es apenas un aspecto minúsculo de la totalidad de la conciencia, la totalidad de lo que somos.

 El grado de identificación con la mente varía de persona a persona. Algunas personas disfrutan de períodos de libertad, por cortos que sean, y la paz, la alegría y el gusto por la vida que experimentan en esos momentos hacen que valga la pena vivir. Son también los momentos en los cuales afloran la creatividad, el amor y la compasión. Otras personas permanecen atrapadas en el estado egotista. Viven separadas de sí mismas, de los demás, y del mundo que las rodea. Reflejan la tensión en su rostro, en su ceño fruncido, o en la expresión ausente o fija de su mirada. El pensamiento absorbe la mayor parte de su atención, de tal manera que no ven ni oyen realmente a los demás. No están presentes en ninguna situación porque su atención está en el pasado o en el futuro, los cuales obviamente existen sólo en la mente como formas de pensamiento. O se relacionan con los demás a través de algún tipo de personaje al cual representan, de manera que no son ellas mismas. La mayoría de las personas viven ajenas a su esencia, algunas hasta tal punto que casi todo el mundo reconoce la “falsedad” de sus comportamientos y sus interacciones, salvo quienes son igualmente falsos y los que están alienados de lo que realmente son.

El ego está formado por el procesamiento automático y constante de la mente que nos apega e identifica con los objetos, pensamientos y sentimientos. El ego no es malo, es 4 limitado. El ego es útil e incluso necesario para funcionar pero estando a nuestro servicio sin ser esclavos de su tiranía. 

El ego crea un tipo de olvido actuando de forma condiciona y limitado por pensamientos, sentimientos etc con los cuales nos hemos identificados de nuestras vivencias mundanas. 

¿Como rompemos la mente para liberar los limites de nuestro ego?

La mente

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