El alma, la mirada del alma, donde por donde sale el alma,
cuando morimos????
Según muchas tradiciones, los ojos representan “el espejo
del alma” porque reflejan de manera inmediata todas nuestras emociones,
nuestros miedos y nuestras caras emotivas más secretas. “¡Mírame a los ojos!”
es lo que se dice cuando no queremos perder ni uno de los mensajes que nos
mandan los ojos de una persona. Una mirada vale más de mil palabras y, de
hecho, gracias a los ojos, comunicamos estados de ánimo y manifestamos nuestro
carácter. Por eso llega a ser significativa la dirección de nuestra mirada, su
intensidad, sus movimientos y muchas otras características que contribuyen a
proyectar nuestra persona al mundo exterior.
Mateo 6:22-23 »Los ojos son el reflejo de tu carácter. Así
que, tu bondad o tu maldad se refleja en tu mirada.
La última expresión de nuestro ser ante la muerte queda
reflejada en la expresión de nuestros ojos
Durante miles de años, tanto en la sabiduría oriental como
en la filosofía occidental, la glándula pineal fue considerada como “tercer
ojo” o “puerta de entrada a la conciencia superior” que puede ver más allá de
nuestro mundo físico. Un renombrado filósofo francés del siglo XVII, René
Descartes, la consideraba como la “casa central del alma y el lugar en el que
se forman todos nuestros pensamientos”.
Los científicos descubrieron en nuestra glándula pineal un
ojo “no funcional” con una estructura similar a la de los ojos externos,
equipado con tejidos y células retinianas que actúan como receptores de luz. En
1919, Frederick Tilney y Luther Fiske Warren escribieron que las similitudes de
la estructura de la glándula pineal con la del ojo humano sugerían que el
órgano se formó para ser sensible a la luz y probablemente posee otras
capacidades visuales.
Numerosos estudios corroboran esta hipótesis que une a esta
glándula con el tercer ojo, y este con el reflejo de nuestra mirada.
El Ser Interno no nace ni muere.
Es no nacido, eterno, inmutable e inagotable.
No muere cuando muere el cuerpo.
No nace, ni puede morir.
La muerte es la separación del alma de su cuerpo físico. A
la entrada del alma en un cuerpo se llama nacimiento. A la marcha del alma del
cuerpo se llama muerte. El cuerpo muere cuando el alma se ausenta.
La muerte es una puerta que se abre entre un aspecto de la
vida y otro. Es el cese de la actividad corporal o física, de las funciones
físicas y orgánicas y de la conciencia física. La muerte es la transición de un
estado del Ser a otro. Un cambio de la forma de la conciencia a otro plano astral.
La muerte no supone la extinción de uno mismo, sino el cese
de la individualidad. Es solo un cambio en la forma. La vida fluye para lograr
su conquista de lo Universal. La vida fluye hasta fundirse en lo Eterno.
La muerte no es el fin de la vida, sino un aspecto de ésta.
Es un incidente natural en el curso de la vida. Es necesaria para tu evolución.
Las almas que han partido permanecen en un estado de ensueño
o de inconsciencia inmediatamente después de la muerte. No pueden sentir que se
han despegado de sus cuerpos anteriores, gruesos y materiales. Las oraciones,
canto de mantras y los buenos pensamientos de parientes y amigos pueden
proporcionar un paz y calma a las almas que han marchado, creando una potente
vibración para despertarlos de su estado mental de ofuscamiento, haciendo
regresar de nuevo su conciencia Entonces
cruzan la frontera regresando al origen.
Dicen las antiguas sabidurías, que en el instante de la
muerte, en la última exhalación debemos respetar un tiempo al difunto, no debemos
tocarlo, en última estancia en la frente en la intersección de los ojos y el
tercer ojo para que el alma encuentre la salida correcta del cuerpo. El ombligo
nos une a la madre, la vida. El corazón al sentir a la mente, pero este punto
de intersección entre nuestros dos ojos y el tercer ojo, es la puerta de
nuestra alma, esa puerta que debe abrirse para la partida al origen, al
recuerdo de lo que somos.
Es importante saber dejar ir a estas almas , soltar los
apegos; porque si son despertadas por
los lloros y lamentos de sus amigos y parientes se produce unas vibraciones similares a su mente y causan una
gran pena y aflicción, los atrae a planos bajoastrales de terrible sufrimiento,
causándoles un grave daño.
El último pensamiento de una persona determina su destino
futuro y su futuro nacimiento. El último pensamiento estará relacionado con la
experiencia vivida de cada uno.
Es muy difícil conservar una conciencia elevada y sublime,
cuando las enfermedades , los miedos y apegos, atormentan el cuerpo y la mente.
Pero para una persona que ha disciplinado su mente a lo largo de los años con
constancia, el último pensamiento será
elevado y consciente. Permitiendo que el alma salga por la puerta que le lleva
de regreso al origen.
El regreso a nuestro hogar celestial nos exige pasar a
través -no alrededor- de las puertas de la muerte. Nacimos para morir, y
morimos para vivir (véase 2 Corintios 6:9).
“Quién sabe, puede que la vida sea la muerte, y la muerte,
la vida” Eurípides (480-406 a.C.).
“La muerte y la vida son transformaciones incesantes. No son
el final de un principio. Una vez que consigamos comprender este principio,
podremos dar igual valor a la vida y a la muerte”. Chuang Tzu (369-286 a.C.)
citado en S. Critchley, El libro de los filósofos muertos.
Y así a lo largo de nuestra existencia los grandes
pensadores dejaron sus reflexiones hasta nuestro días, la muerte y la vida
unidas en un ciclo constante de energía.
Puertas que se abren y se cierran, en nuestra evolución.
¿Qué ocurre detrás de nuestro fallecimiento?
LA VELA APAGADA, CUENTO DE JORGE BUCAYEl Alma
"Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".
Los hijos y las Hijas del Amor.
Gracias por Ser, por Estar, por Compartir, por Colaborar en el Amor y la Gratitud
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