Rudolf Steiner: SENTIDO DE LA PROPIA VIDA

 Rudolf Steiner: La biografía humana desde un punto de vista espiritual.

¿Cómo puedo observar a mi Yo actuando en la vida? ¿Qué he venido a hacer?: El Yo es algo muy especial, no se ve pero se manifiesta de diferentes modos: en el calor, en la voz de la conciencia, en la voluntad y también está relaciono con la sangre. Pregunta: si estuvieras al final de tu vida y se te diera una prórroga: ¿qué sentirías como más importante para realizar de forma concreta? ¿qué considerarías que debes dejar en este mundo? En la respuesta a estas preguntas puede vislumbrarse ese Yo individual del que hemos hablado. 

El sufrimiento es la manera en que el ser humano va haciéndose consciente de lo que tiene que hacer. Sufrimos cuando hay un conflicto entre lo que queremos o pensamos y lo que nos acontece, es decir, lo que viene hacia nosotros, en forma de destino. La palabra destino significa algo que nos pertenece, que nos está destinado, que nos concierne... El sufrimiento le dice al individuo que necesita crear algo que todavía no existe. Ligado a él está la enfermedad, las crisis y la muerte. El Yo o consciencia es lo que diferencia al hombre de los distintos reinos de la naturaleza que a su vez poseen diferentes grados de conciencia. ¿Cómo se adquiere la conciencia? Esquilo decía que el conocimiento surge del sufrimiento. La consciencia es conocimiento. En la historia de la humanidad, vida y sufrimiento están continuamente entrelazados. Cristo dijo a los apóstoles ―para que a vosotros pueda llegar el Espíritu Santo ( el conocimiento) Yo tengo que sufrir y morir‖.

Es un misterio que para que haya un salto en el conocimiento tenga que haber sufrimiento. El Yo que encarna trae de vidas anteriores una energía determinada y empieza a trabajar sobre el cuerpo astral generando más conciencia a través del sufrimiento. Cuando ese proceso termina el Yo se separa y llega la muerte. La que sufre es el alma, no es el Yo. El alma no distingue entre sí misma y el sufrimiento y dice: ―soy sufrimiento‖, a lo que el Yo responde: ―estas sufriendo porque necesito conocer‖. Esto, puede provocar indignación, pero entonces el dolor se convierte en tragedia porque el Yo no puede penetrar en el alma y el desarrollo personal no puede realizarse. Es importante comprender que el sufrimiento es una herramienta para el desarrollo personal. La palabra ―destino‖ significa algo que nos pertenece, que nos está destinado, que nos concierne. ¿Cómo me comporto frente a ello? Quien considera en su vida la reencarnación sabe que lo que le llega forma parte de sí mismo y que por ello tiene que trabajar y esforzarse en encontrar qué quiere decir y enseñarle aquello que le llega. De ése Yo Superior o súper consciente, el hombre deduce valores, normas y sentido que le dirigen a la fijación de metas. Esa fuerza que dirige emocione s y afectos buscando las metas recorre la vida como un hilo rojo. Mi evolución depende de que me responsabilice de mi vida, asumiendo mi destino, lo que me convierte en un ser autónomo. 

Rudolf Steiner nos da una imagen post-mortem diferente a la católica ―cuando morimos podemos reparar los fallos cuando vemos la vida retrospectivamente en una gran panorámica y vivimos las consecuencias de nuestros actos desde la vivencia del otro.‖ Lo que más nos hace sufrir es lo que ha quedado sin acabar.


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"Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".

Los hijos y las Hijas del Amor.

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