Rudolf Steiner :Septenios del Espíritu

 Rudolf Steiner: La biografía humana desde un punto de vista espiritual.

FASE SOCIAL. 42 a 49 años.

 Hay madurez para estar activo en lo social desde la experiencia: es posible trabajar en el AMPA de la escuela de nuestro hijo, en organizaciones sociales, etc. porque el Yo de subjetiva al alma y los impulsos son ahora altruistas. Es el momento idóneo para participar en la vida pública. Puede darse la tendencia a cambiar de pareja, de coche, a remodelar la vida profesional, pero ¿no sería mejor hacer de forma diferente?... Comienza el proceso de excarnación; la menopausia en las mujeres (antes) y la andropausia en los hombres, que irá acompañado de un acrecentamiento temporal de las fuerzas sexuales antes de su paulatina retirada. Esas fuerzas que decrecen darán paso a una nueva creatividad en la persona. La mujer se preocupa por mantener su belleza y el hombre por mantener su fuerza expansiva. El reto es encontrar nuevas metas espirituales.

FASE MORAL. De los 49 a los 56 años.

Las fuerzas del periodo anterior se interiorizan y comienza un periodo de armonía relativa si se llega a acertar con lo nuevo, si no es así, se aumentará el ritmo de trabajo porque se siente todavía más amenazado por la juventud e idealiza el pasado. Las preguntas: ¿qué piden de mí?... ¿es válido para el mundo lo que hago? son con las que uno tendrá que debatirse. En la mujer las fuerzas vitales retornan y puede haber un sentimiento de liberación y de creatividad que pueden volcarse en disposición hacia los demás. Si esto no es así, se tiene el sentimiento de que ―ya es tarde‖ el cual la convertirá en tirana de los demás. En los hombres la andropausia lleva a cirisis y luchas consigo mismno y con los demás. Es más corta que en las mujeres. Si con la pareja se comparten valores espirituales la relación se profundiza. El verdadero conocimiento y amor por el otro que empezó a los 30 madurará a los 50 años.

FASE MÍSTICA. De los 56 a los 63 años.

¿Hemos alcanzado y asimilado nuestras metas, nuestro leifmotiv? … En esta que fase precede a la jubilación podemos encontrarnos con la realidad espiritual. Reevaluamos los valores propios y miramos hacia atrás. Podemos aislarnos y volvernos críticos con el entorno o por el contrario emanamos luz desde el interior. Hay una gran fuerza de abnegación en el ser humano que en su primer septenio ha vivenciado la confianza en el mundo. Disminuyen las percepciones hacia afuera y la vida interior se acrecienta pudiendo llevarnos a un desarrollo artístico creativo. Si con la pareja no hay armonía, la irritación por las costumbres del otro será constante. A los 63 años hay una liberación del karma y uno puede ofrecer a los demás el fruto de lo aprendido durante su vida. Cultivar el jardín… ejercer de abuelo… son tareas muy importantes. Uno puede convertirse en una bendición para los demás. 

 Los sentidos se van cerrando y la vida interior es más importante. ―La luz del niño se ha interiorizado y ahora luce desde adentro hacia más allá de la muerte‖ Gudrun Buckhart. Médico y biógrafa brasileña

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"Con constancia y paciencia se avanza cada día en el resurgir de una nueva era".

Los hijos y las Hijas del Amor.

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