LA PACIENCIA



La paciencia es una virtud que a veces no sabemos cómo aplicarlo en nuestra vida. Ser paciente con uno mismo habla de la autoexigencia que tenemos con las cosas que creemos que podemos controlar. Esto puede ser muy peligroso y llevarnos a vivir una vida sin equilibrio emocional. Hay cosas que no siempre van a depender de ti y es bueno que lo tengas claro para evitar algunas decepciones.

No tener paciencia con uno mismo nos puede llevar a tener una vida desgastante, desequilibrada, caótica y pagar facturas emocionales muy caras. La paciencia con uno mismo se aplica desde la inteligencia emocional, donde somos conscientes de nuestras fortalezas emocionales como de nuestras debilidades. A lo largo de nuestra vida nos veremos cara a cara con muchas limitaciones y vamos a necesitar mucho amor y paciencia de nuestra parte para poder lidiar con ellas.

La paciencia es ser conscientes de nuestra realidad y recursos emocionales para seguir el curso de la vida después de haber pasado por alguna situación que no pudimos gestionar de la manera correcta.

La paciencia refleja la paz y la serenidad que tenemos dentro. Es el reflejo de cómo está nuestro mundo interior, como vivimos con el caos y cómo nos cuidamos a pesar de todo. Ser impacientes es la otra cara de la moneda, nuestra inmadurez, nuestras carencias emocionales, la mochila emocional cargada con cosas que ya no dependen para nada de nosotros.

CUANDO NO TENEMOS PACIENCIA CON NOSOTROS MISMOS:

El estrés llega: no eres consciente de las herramientas que tienes para lidiar con la situación y todo eso te lleva a la desesperación y falta de visión para ver qué puedes hacer.

·        Buscas culpables: siempre será más fácil culpabilizar al otro y no ver la responsabilidad que tenemos para vivir en total equilibrio dentro del caos.

·        Te cuesta aceptar tus imperfecciones: no tienes porque ser perfecta en todo. Tienes derecho a equivocarte en la vida.

·        Desequilibrio emocional: la falta de paciencia nos lleva a vivir bajo el desequilibrio emocional, nos cuesta centrarnos y ocuparnos de la parte que nos toca.

Necesitamos ser tolerantes y comprensivos con nuestras equivocaciones, nada fácil. Pero la peor batalla es aquella donde tenemos que vivir en guerra con quienes somos y quien en realidad queremos ser . La tarea aquí es poder encontrar un punto de equilibrio y eso sucede siendo conscientes de nuestras imperfecciones, carencias y fortalezas personales.

SER MI MEJOR AMIG@

Vamos a estar toda la vida con nosotros mismos. Mejor tratarnos con cariño y aceptación en vez de ser nuestro peor enemigo.

1.Abrázate varias veces al día

Haz algo que te guste, pinta, escribe, medita, corre, sal a dar un paseo, cuídate con algo sano y agradable para tu cuerpo.

2.Date el permiso de disfrutar

Juega, salta, ríe como un niño. Conecta con tu niño interior. Deja que salga a pasear. No importa que edad tengas ahora. Tu niño interior siempre va a estar contigo. Dale espacio para que conectes con su alegría genuina.

3. Se un poco egoísta “cuídate primero tú” para poder cuidar a los demás después

Me gusta el concepto de egoísmo sano porque habla de cuidarnos para ser cuidados. ¿Verdad que cuando subimos a un avión, nos dicen que primero nos coloquemos la máscara de oxígeno y luego se la coloquemos a nuestros hijos? Si estás con energía y fuerza porque te has dedicado tiempo, es más fácil que tengas tiempo y ganas con los demás después.

4. Aprende de tus errores

Cada vez que te equivocas es una oportunidad para preguntarte:- ¿Qué puedo aprender de este “fracaso”? Perdonate y renace como una mariposa.

5. Se paciente y comprensiv@ contigo

Tú eres tu mayor juez. Cuanto mayor peso y exigencia te pones a ti mismo, peor te vas a sentir. Prueba de alcanzar pequeños retos en vez de grandes objetivos utópicos.

6. Responsabilízate de darte cariño

Si tú no te amas, ¿Quién lo hará? Quizá esperas que lo hagan otros por ti. No te engañes, si constantemente buscas la aprobación en los demás, vas a sentirte muy decepcionado con los demás. Los demás no son responsables de tu vida porque tú ya no eres un niño herido sino un adulto que es capaz de cuidarse y tomar sus propias decisiones.


“El amor a uno mismo es el punto de partida del crecimiento de la persona que siente el valor de hacerse responsable de su propia existencia. ”  Victor Frankl


RECOMENDACIONES PARA DESARROLLAR LA PACIENCIA

1. Abandona la necesidad de controlarlo todo

Tú solo eres responsable de tu propio comportamiento (y ya es bastante).

2. Ve más despacio

Pon la salud a la cabeza de tus prioridades. Echa el freno.

3. Enfócate en el momento presente

Vive el paso que estás dando ahora. Acepta el momento, tal cual es. Tanto si es bueno como si es malo, no durará para siempre.

4. No te alteres por tonterías

Hay situaciones en las que no vale la pena perder los nervios. 

5. Pon más humor en tu vida

El humor ayuda a mirar una situación estresante desde otro punto de vista. Es una respuesta creativa que derrite tensiones.

6. No juzgar nunca.

A veces gastamos demasiada energía cuestionando a los demás. Pensando en lo malo que hacen y en lo que podrían o deberían ser. Ese ejercicio, por sí solo, introduce una fuerte tensión interna entre nosotros y el mundo.

7. Tomar distancia del conflicto

El conflicto no es malo por sí mismo. Al contrario, muchas veces enriquece porque ayuda a que veamos las cosas desde otro punto de vista, o nos permite caer en la cuenta de errores que estamos cometiendo. El arte está en tramitar adecuadamente ese conflicto. En no permitir que se perpetúe y nos lleve a un estado de tensión constante.

8. Reconocer los aportes de los demás

Desarrollar la paciencia es algo que se logra aceptando y valorando. Si reconocemos los aportes de otros nos ubicamos en una dimensión más generosa y tranquila, con ellos y con nosotros mismos.

9. Bajar la velocidad

Uno de los grandes males de nuestra época es la obsesión por la velocidad. Nos hemos vuelto enemigos de la lentitud. Perdemos de vista que lo más valioso de la vida siempre toma tiempo. A veces la diferencia entre una buena o mala decisión, o entre una buena o mala acción, solo es un momento de espera.

10. Respirar, una acción fundamental para desarrollar la paciencia

La respiración encierra muchos de los secretos de una mente y unas emociones sanas. El oxígeno es uno de los más importantes alimentos de nuestro cerebro. Por eso, todo lo que tiene que ver con la respiración, también tiene que ver con el buen funcionamiento de nuestro mundo interno.

11. Reducción del estrés basada en la atención plena

Habilidades para incrementar tu aceptación de lo que sucede en el presente. Transformar situaciones, como embotellamientos, de desencadenantes del enojo a simples inconvenientes que entiendes y aceptas como fuera de tu control.

12. Meditación:

Los estudios han demostrado que las personas que meditan tienen mayores volúmenes de materia gris en las áreas del cerebro que regulan el control de la respuesta. Esa puede ser la razón por la cual los meditadores tienen una mirada más positiva, son más estables desde el punto de vista emocional y son más conscientes.

13. Movimiento consciente:

Yoga, aikido, tai chi y qigong son todas formas de movimiento consciente diseñadas para ayudar a fortalecer el cuerpo y la mente. Muchos estudios de investigación han demostrado que la práctica de movimiento consciente ayuda a reducir el estrés, los pensamientos negativos y la depresión.

14. Detecta qué es lo que te hace perder la paciencia.

Autoanalízate y determina cuáles son aquellas cosas o situaciones que te generan esta sensación. Al conocer sus causas, tendrás más herramientas para enfrentarlas, eludirlas y, eventualmente, eliminarlas.

15. Reconoce que no tienes control sobre todo.

Comprende que hay cosas que no puedes controlar y que ampararte en la queja constante o en el enojo por cuestiones que tienen naturaleza singular es bastante inútil.

16. Disfruta del momento.

Concibe cada momento de tu día como una oportunidad de pasar un rato placentero. Date gustos como degustar tu comida preferida, escuchar música que te guste, mirar una película, disfrutar de una charla con amigos o simplemente dar un paseo. Concentra toda tu atención en el tiempo presente.

17. Ve el lado bueno de la impaciencia.

La impaciencia no tiene por qué ser exclusivamente negativa. La inquietud puede ser el impulso inicial que despierte un proceso creativo. Cada vez que te impaciente algo, deja volar tu imaginación a rincones inesperados.

18. Busca formas alternativas de descargar tu ansiedad.

Es importante que tu cuerpo y mente no acumulen ansiedad y estrés. Realiza algún tipo de ejercicio físico para generar bienestar corporal y prueba técnicas de respiración para liberar tensiones.

19. Evade la lógica de la inmediatez.

Entiende que la vida es un proceso que implica el tránsito por diversos ritmos y momentos. La felicidad instantánea no existe. Conseguirla requiere esfuerzo, constancia y la habilidad de equivocarse y no tener miedo a volver a intentar.

20. Para desarrollar la paciencia también hay que tener paciencia.

No se logra de un día para otro. Demanda tiempo y esfuerzo. Sin embargo, es uno de esos logros que nos cambian para siempre y que le otorgan un factor sumamente enriquecedor a nuestras vidas. Inténtalo.

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