La Violencia del maltrato psicológico

 


La Violencia del maltrato psicológico

El origen etimológico del término maltrato es una palabra que emana del latín, ya que está conformada por la suma de tres partes latinas: male, que es sinónimo de “mal”; el verbo tratare, que se puede traducir como “tratar”; y el sufijo –tro, que es equivalente a “recibir la acción”.

L@s maltratadores suelen ser personas intolerantes, autoritarias, psicológicamente inflexibles, agresivas, crueles e insensibles. Pero, lo que más destaca de este tipo de personas es que suelen mostrarse agradables al principio, son chantajistas y se sienten ofendidas con facilidad.

En España, por ley, el término violencia de género se utiliza exclusivamente para víctimas mujeres. Los hombres agredidos entran en la categoría de violencia doméstica, que es una categoría diferente y supone una pena menor; suele ser más del tipo de violencia psicológica o emocional, y en este sentido el daño no es tan palpable y visible, pero igual de dañino


Tipos de Violencia o maltrato:

1. Maltrato físico

El maltrato físico es un tipo de abuso en el que hay más que solo palabras, es decir, hay violencia física. Por tanto, este maltrato suele producir una lesión física, producto de un castigo único o repetido, que puede variar en su magnitud o intensidad.

Las formas más comunes de maltrato físico son:

  • Rascar, golpear, morder, estrangular o dar patadas

  • Lanzar algún objeto contra una personas: teléfono, un libro, un zapato o un plato.

  • Tirar del pelo

  • Empujar, tirar o zarandear

  • Agarrar de la ropa

  • Agarrar para impedir que la víctima se vaya

2. Maltrato verbal, emocional o psicológico

En el maltrato psicológico no existe contacto físico, sin embargo, las secuelas pueden ser más duraderas que las producidas por empujar, golpear o tirar del pelo. Puede aparecer junto con el maltrato físico, y se caracteriza por ser un tipo de violencia emocional en el que se emplean, entre otros, estos comportamientos:

  • Insultos, gritos, chantaje emocional y manipulación

  • Control de las redes sociales los teléfonos, el horario y las amistades de la víctima

  • Críticas constantes

  • Actos para avergonzar en en público

  • Impedir que la víctima hable con familiares

  • Decirle qué hacer y usar

  • Dañar objetos de la propiedad de la persona maltratada. Por ejemplo, tirar su teléfono contra la pared

  • Amenazar con hacer daño a la víctima, su hijo, familia o mascota sin llevarlo a cabo

  • Amenazar que se va a llevar hijo

3. Maltrato infantil

El maltrato infantil puede ser de distintos tipos, por ejemplo, físico o psicológico. Su principal característica es que la persona que es víctima de este tipo de maltrato es un niño o niña, alguien en una etapa vital en la que se es especialmente vulnerable.

A estas edades, las secuelas pueden durar de por vida, aunque su gravedad varía mucho. Uno de los fenómenos psicológicos que más propicia son los problemas de baja autoestima y apego evitativo.

4. Abuso sexual

El abuso sexual es una de las peores formas de maltrato, porque las secuelas de estos actos íntimos pueden no desaparecer nunca. El abuso de este tipo puede ser de dos formas: o bien ejerciendo este tipo de violencia directamente sobre la víctima o a través de la explotación sexual.

Este tipo de maltrato puede manifestarse no solamente con un contacto muy violento, sino que los besos, caricias, tocamientos e incluso palabras con contenido íntimo son catalogados como comportamientos de esta clase de abuso. El impacto psicológico que puede generar varía dependiendo de la naturaleza de la agresión y de ciertos atributos de personalidad de la persona atacada.

5. Bullying

El bullying es un término de origen anglosajón que goza de gran popularidad en la actualidad. Hace referencia tanto al maltrato físico y psicológico que se produce en el ámbito escolar. La vulnerabilidad de las personas que padecen el acoso escolar y el dolor que sientes es tan grande que pueden llegar a suicidarse en los casos más extremos, ya que el niño o niña, además, tiene la obligación de ir constantemente a la escuela, exponiéndose a los malos tratos.


6. Mobbing

El mobbing es un fenómeno prácticamente idéntico al bullying, con la diferencia de que ocurre en el ámbito laboral. Esto causa serios problemas para la víctima, que se ve forzada a ir al trabajo y a sufrir todo tipo de abusos y menosprecios que pueden socavar su autoestima.

Muchas veces, el mobbing está orientado a forzar una renuncia al trabajo, ya que el despido de la persona maltratada causaría problemas con la ley. En otros casos, puede estar motivado por problemas de competitividad y envidia asociados a un entorno basado en el individualismo. Es decir, que este tipo de maltrato puede ser instrumental o puede estar inducido o facilitado por aspectos psicológicos como los prejuicios, la impulsividad, la irritabilidad, etc.

7. Maltrato digital o ciberbullying

Una forma moderna de maltrato es el ciberbullying. Este tipo de maltrato es más frecuente en la adolescencia y se caracteriza porque se lleva a cabo a través del mundo digital y en las redes sociales. El ciberbullying puede manifestarse de la siguiente manera:

  • El maltratador envía correos electrónicos negativos, insultantes o incluso amenazantes a la víctima. También envía este tipo de mensajes por Facebook, Twitter y otras redes sociales

  • Utiliza la cuenta de la persona maltratada sin permiso. Por ejemplo, haciendo actualizaciones de su estado de Facebook

  • Pone a la víctima en sus actualizaciones de estado, intentando desprestigiarle

  • Le envía imágenes no deseadas por medios digitales

  • Le amenaza con publicar y difundir cosas que pueden comprometer su intimidad en el mundo 2.0.

8. Maltrato institucional

No solo las personas pueden ejercer maltrato sobre otros individuos, sino que las instituciones, tanto públicas como privadas, pueden, por medio de leyes, normas, procedimientos o acciones, causar abuso, negligencia y malestar a individuos o colectivos de individuos. Esto refleja dinámicas de discriminación a minorías o, simplemente, un sistema de administración y atención a las personas que permiten que algunos individuos perjudiquen a los ciudadanos sin ser frenados o apartados de su puesto por ello. Además, allí donde se da de manera constante y sistemática facilita que surjan modos de soborno.

9. Maltrato económico

El maltrato o el abuso es un patrón de comportamiento empleado para ganar y mantener poder y control, y puede producirse de muchas formas. Una de ellas es el maltrato económico, que puede producirse con cualquier individuo, pero mayoritariamente con la pareja o con personas mayores.

Por ejemplo, dentro de la pareja, cuando uno de los dos miembros se gasta el dinero del otro miembro o le imposibilita hacer uso de su propio poder adquisitivo.


Qué es el maltrato psicológico

El maltrato físico es muy evidente porque conlleva una acción violenta que provoca lesiones. Sin embargo, el maltrato psicológico es mucho más sutil, tanto, que suele pasar inadvertido para las personas que rodean a la víctima e incluso para quien recibe las humillaciones o la indiferencia, sobre todo un tipo especial de maltrato llamado luz de gas.

El maltrato psicológico es cualquier tipo de comportamiento sistemático que provoca daños emocionales en la persona y afecta su equilibrio emocional. Casi siempre el objetivo de estas conductas suele ser intimidar a la víctima, generar sentimientos de culpa y/o desvalorizarla.

Para lograr su objetivo el agresor no siempre recurre a los gritos, los insultos, las humillaciones o la violencia verbal. En algunos casos echa mano a la ironía, el sarcasmo, el silencio o la indiferencia. No obstante, más allá de la herramienta que utilice, siempre tiene secuelas y provoca heridas emocionales que, a largo plazo, pueden generar problemas psicológicos.


En la mayoría de los casos el maltrato emocional transcurre en un in crescendo, un hecho da pie al otro y así consecutivamente hasta que se crea un círculo vicioso del cual resulta difícil salir. Por otra parte, a veces la víctima sucumbe al maltrato porque experimenta sentimientos de inseguridad, tiene una baja autoestima o teme que su reacción pueda agravar aún más la situación.

En otros casos, sobre todo cuando se trata de la violencia psicológica, la víctima ni siquiera es consciente de su posición, ya sea porque excusa el comportamiento del maltratad@r o porque considera que este es normal o que lo merece.


La violencia emocional causa un gran daño psicológico:

  1. Baja autoestima y daños en la autoimagen

  2. Estrés crónico y ansiedad

  3. Abuso de sustancias, como puede ser el alcohol y las drogas, para escapar de la realidad

  4. Alteraciones del sueño

  5. Aislamiento social y profunda soledad

  6. Depresión y desesperanza

  7. Miedo e inestabilidad emocional

  8. Dependencia emocional del maltratador




Características de las personas dependientes

Estas son las características más comunes:

  • Avidez afectiva. Quien sufre una dependencia emocional, experimenta una necesidad constante de estar al lado de la persona amada, cuando no puede, recurre al móvil de manera obsesiva para mantener el contacto. Su dependencia es tan grande que llega a ser agobiante, pero no acepta de buen grado que el otro reclame su espacio, al contrario, le insta a abandonar sus actividades para que esté a su lado.

  • Comportamientos sumisos. El dependiente emocional idealiza al otro, por lo que asume una relación de subordinación. Como tiene miedo de que la relación termine, se comporta de manera sumisa e incluso acepta ser humillado por la persona amada. El dependiente puede llegar a aguantar casi todo, con tal de que la relación no se rompa porque sin ella, perdería el sentido de la vida.

  • Baja autoestima. La persona con dependencia afectiva generalmente tiene problemas de autoestima. Suele recriminarse por sus errores y se denigra constantemente, minimiza sus logros y maximiza sus fallos. Esta persona no se siente satisfecho consigo mismo y no confía en sus capacidades y criterios.

  • Necesidad de agradar. Las personas dependientes suelen buscar continuamente la validación externa, necesitan causar una buena impresión, por lo que intentan satisfacer en todo a los demás. Cuando no obtienen esa aprobación, se sienten mal y lo interpretan como un rechazo. Generalmente se trata de personas que se desviven por ayudar, aunque para hacerlo se vean obligadas a pasar por encima de sus intereses y necesidades.

  • Miedo a la soledad. Las personas que sufren una dependencia emocional no soportan la soledad, en parte porque esta activa recuerdos dolorosos vinculados al abandono. Por eso, a menudo se ven inmersos en una serie de relaciones de pareja fallidas, que no son más que un intento desesperado de escapar de la soledad a través de la compañía.

¿Por qué eres una persona dependiente?

Las principales causas de la dependencia emocional se gestan en la infancia. Cuando éramos niños no aprendimos a ser autónomos e independientes, y seguimos arrastrando carencias afectivas que no fueron satisfechas en su momento.


De hecho, la persona dependiente emocionalmente suele tener una historia marcada por la carencia de afecto. Durante su infancia, es probable que no haya recibido el cariño que necesitaba por parte de las personas significativas de su vida. En esos años, aprendió que para ser amado, necesitaba cumplir con las expectativas de los demás. Así, poco a poco se fue convirtiendo en un niño en búsqueda de atención, que se esforzaba por hacer las cosas bien, no solo para que le felicitasen sino también para obtener amor.


En muchos casos, las personas con una dependencia afectiva provienen de familias disfuncionales, con padres fríos y distantes emocionalmente o han sufrido un abandono, ya sea físico o emocional, por parte de uno de sus progenitores. Como no se desarrolló un apego seguro durante la infancia, el niño creció experimentando sentimientos ambivalentes, que después proyectará en sus relaciones como adulto.


En otros casos, se trata de personas que han tenido que enfrentarse a numerosos problemas desde pequeños y tienen la idea de que no merecen ser felices. De esta forma, han desarrollado una baja autoestima y creen que necesitan ganarse el reconocimiento de los demás a toda costa. A esto se le suma que, debido a las experiencias de abandono y rechazo, han experimentado la falta de control, por lo que al crecer necesitan controlar a las personas más cercanas, para evitar que estas le abandonen.


Cómo se sintieron solos y desprotegidos durante la infancia, ahora experimentan ansiedad de separación, miedo al abandono y temor a quedarse solos. En esos casos, la estrategia más común para lograr la seguridad, la protección y el cariño que necesitan, es la sumisión.


¿Por qué seguimos en una relación tóxica?

  • Teoría de costes y beneficios: la Persona considera los beneficios y desventajas percibidas en relación con la pareja y con las alternativas que se le presentan, a partir de esto, la Persona decide si abandonar o seguir con la relación.

  • Modelo de la inversión: la víctima de maltrato analiza su grado de compromiso en relación a tres factores: grado de satisfacción con ella, inversión realizada en la pareja en relación con los recursos materiales y psicológicos y alternativas a las que puede acceder.

  • Teoría de la trampa psicológica: la persona maltratada ha invertido ya muchos esfuerzos en que la relación funcione, además, tiene la esperanza que cese el maltrato con lo que cree que invirtiendo aún más esfuerzos y tiempo puede lograr que la relación sea armoniosa.

  • Modelo del proceso de toma de decisiones en Personas maltratadas: la Persona toma una decisión sobre la relación en base a dos preguntas:

    • ¿Estaré mejor fuera de la relación?

    • ¿Seré capaz de salir de ella con éxito?

  • Teorías en relación afecto: Una variante del síndrome de Estocolmo, la persona desarrollaría este síndrome como una manera de proteger su propia identidad y no salir mal parada en la relación, se trata de un proceso disociativo que llevará a la víctima a negar que recibe violencia de su agresor desarrollando un vínculo emocional con el lado que percibe más positivo expuesto en los momentos de arrepentimiento o “luna de miel”.

  • Teorías en relación con la dependencia: La persona le otorga una prioridad absoluta a la pareja sobre cualquier otra cosa, mediante el establecimiento de relaciones basadas en la subordinación y la sumisión. Una vez establecida la violencia como algo frecuente de la relación, convirtiéndose en algo crónico, puede producirse en la víctima una dependencia emocional, también denominada “apego paradójico” que sucede cuando el apego pasa a ser una necesidad de la cual la persona depende y cuya falta le crea ansiedad.

  • Teorías en relación con el miedo: El miedo en cuanto a las relaciones de pareja tóxicas suele tardar en aparecer, normalmente aparece cuando la fase de luna de miel ha desaparecido o está en proceso de desaparecer, y las etapas de violencia se han acentuado, sin embargo, no es el miedo a la agresión lo que animaría a las víctimas a no abandonar a sus parejas, estas serían otros miedos ligados a la pérdida, el miedo a perder a sus hijos, a no tener a donde ir, a que puedan encontrar algo peor, a ser rechazadas…


Conclusión:

Es difícil determinar una única razón de por qué la persona no abandona a su agresor, ya que existen tantas circunstancias como personas. Existen circunstancias vinculadas a la víctima como puede ser la baja autoestima o el miedo, circunstancias vinculadas al agresor, como el chantaje emocional o en comportamiento antisocial y circunstancias ligadas a la relación, como puede ser las presiones sociales o la dependencia económica. Para cada persona el peso de estas circunstancias puede ser diferente 


¿Cómo salimos de esta dependencia?

Las relaciones no requieren el sacrificio que nos venden. Aprendemos que tenemos que estar siempre alerta por si pasa algo y asociamos amor a sufrimiento. Y la verdad es que no... Una relación de pareja es fácil, fluye, sin lucha.

 

Hay que tener claro que si hay dependencia no hay amor. Aunque nos autoengañemos diciendo que seguimos ahí por el inmenso amor que sentimos, no es cierto. Cuando una persona no me trata bien, no me quiere. Cuando una persona no me trata bien, no le quiero.



  • Lo primero que tenemos que hacer es tomar conciencia de la gravedad de la situación. Aparcar el objetivo de intentar cambiar a la pareja, aceptar que no va a cambiar. Tenemos que pensar en lo sufrido para que nuestra cabeza no trate de autoengañarnos. Por eso es muy útil apuntar en una libreta todas las situaciones negativas y hacer listados de las cosas que no nos gustan de la otra persona. Tiempo después, cuando sintamos el síndrome de abstinencia, podremos releerlo y nos ayudará a dejar de idealizar. 

  • Es importante pedir ayuda a nuestra familia, amigos o iniciar un proceso de terapia. Es un proceso difícil y es necesario que contemos con apoyos.

  • La parte más importante es cortar por lo sano. Tener contacto cero con esa persona. Una pareja dependiente siempre mantendrá ese tipo de dinámica pase el tiempo que pase, por lo que es imposible mantener una amistad o ser follamigos. Lo único que lograremos es terminar peor de lo que estábamos y alargar más el sufrimiento.

  • Contacto cero implica todo lo que esté a nuestro alcance: eliminarle y bloquearle en redes sociales, no cotillear nada sobre esa persona, no llamarle ni escribirle, borrar las conversaciones y fotos del móvil, no quedar con sus amigos o familiares, no hablar de esa persona y pedir que no me hablen del tema, no frecuentar sitios donde podrías encontrarle, cambiar de número de móvil si es necesario... 

  • Podemos hacer rituales de despedida. Puedo crear una caja en la que metemos todos los recuerdos de esa persona y de nuestra relación. Será una caja que no tiramos porque esa relación es parte de nuestra vida, pero es una caja que escondemos porque no queremos que esa persona sea parte de nuestro presente. En la caja también podemos meter una carta de despedida que le escribimos, donde desahogamos nuestros pensamientos y sentimientos y donde nos despedimos (aunque no le daremos la carta, porque necesitamos CONTACTO CERO). 

  • Cuando tengas ganas de volver con esa persona, pregúntate: ¿Vuelvo porque realmente le echo de menos o porque echo de menos a una versión idealizada de esa persona? ¿Vuelvo porque le echo de menos o porque no quiero seguir sufriendo el duelo? ¿Vuelvo porque quiero ese tipo de relación o porque no quiero estar en soledad? ¿Tengo alguna prueba real de que las cosas serían diferentes si volvemos?

  • Es importante evitar encadenar una relación con otra, sin estar solos. Un clavo no saca otro clavo. Ilusionarte con otra persona no ayuda a gestionar las emociones del duelo, simplemente las esquivamos. Aprendemos a aliviar el malestar dependiendo de otra persona. Otra vez estamos cayendo en una dependencia. Lo funcional es aprender a estar solos, sentir la tristeza y la ansiedad, aprender de la experiencia y conseguir crear una nueva vida en la que estemos bien con nosotros mismos. Ahí sí será sano empezar una nueva relación, si eso es lo que queremos. 

  • Tenemos que aprovechar los procesos de duelo para trabajar en nuestra autoestima. Aprovecha para tomar decisiones en tu vida y demostrarte que no necesitas depender de la opinión de los demás. Evita la comparación. Es momento para conocer gente nueva. Entrena las habilidades sociales para aprender a poner límites y a decir no. Inicia un proceso terapéutico para conocerte mejor y trabajar en tus puntos débiles.

  • Y por último, aprende a estar en soledad. Solo si conseguimos estar bien solos podremos crear una relación satisfactoria y sana. Necesitamos llegar a ese punto en que yo mismo me proporciono libertad, felicidad, seguridad y valor. No podemos buscarlo en otra persona. Así que este es un buen momento para mejorar la autonomía, salir de nuestra zona de confort y empezar a realizar actividades con nuestra única compañía. 

 

Son procesos en los que tenemos que tener paciencia. El contacto cero es muy difícil porque funciona como una droga. Tenemos un síndrome de abstinencia que impide que cumplamos las reglas y caigamos. Tenemos que insistir una y otra vez hasta lograr cerrar ese contacto. No es una mejoría lineal, pero tenemos que continuar a pesar de las recaídas. Son procesos lentos, pero con trabajo se consigue y el esfuerzo merece la pena. 

 

La felicidad está en ti. No la busques fuera. Encuéntrala dentro.


(Recopilado de varias fuentes)


¡Si! al respeto



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